Cuando el envejecimiento afecta a los párpados inferiores aparecen arrugas, bolsas en los ojos y ojeras. En la cuenca del ojo se sitúan unas bolsas grasas cuya finalidad es proteger y «almohadillar» el globo ocular. Con la edad se debilita la barrera anatómica que las mantiene en su sitio, permitiendo que protuyan hacia el exterior y se hagan visibles. Esto provoca un efecto de hinchazón o bolsas en los ojos.

En la actualidad, tanto hombres como mujeres, demandan la corrección de las bolsas en los ojos. La intervención debe adaptarse a las características individuales de cada paciente, respetando rasgos de masculinidad o feminidad y la forma del ojo.

La blefaroplastia inferior busca reducir las bolsas grasas en la zona y tensar la piel bajo el ojo. Es una intervención muy agradecida puesto que devuelve a los ojos vivacidad y elimina el aspecto de cansancio.

El concepto de blefaroplastia inferior ha cambiado en las últimas décadas pasando de técnicas basadas en la resección a técnicas basadas en la redistribución y conservación de tejidos. Existen básicamente dos técnicas de abordaje del párpado inferior en la operación de párpados:

Técnica Subciliar:

La región del párpado inferior se anestesia fácilmente mediante un anestésico local y un vasoconstrictor. El vasoconstrictor es una sustancia que reducirá el sangrado a su mínima expresión lo que nos permite una precisa identificación de las estructuras. La anestesia local se asocia a una sedación. El paciente permanece relajado y tranquilo durante la intervención lo que también repercute sobre el sangrado y el postoperatorio inmediato. Tras esto se realiza una incisión bajo la línea de las pestañas. La piel y el músculo se elevan y se identifican las bolsas grasas. En el párpado inferior se encuentran tres almohadillas de grasa que se tratan por separado. Actualmente en una blefaroplastia moderna no sólo se reduce su volumen sino que también pueden reposicionarse sobre el «surco nasoyugal» (surco que separa el párpado de la mejilla) para atenuar las ojeras.  A continuación se eliminan pequeñas cantidades de músculo y piel y cerramos la incisión con una sutura fina.

Nos gusta añadir siempre una técnica de tensado del párpado inferior (cantopexia) para evitar posibles malposicionamientos del borde del párpado inferior, como veremos más adelante.

La operación suele durar entre 45 minutos y una hora.

En ocasiones preservamos la grasa extraida y la utilizamos como material de relleno en arrugas faciales.

Técnica Transconjuntival:

Blefaroplastia transconjuntival

La técnica de anestesia es similar a la anterior. Anestesia local con sedación, pero en este caso añadimos un colirio anestésico para insensibilizar la conjuntiva. A pesar de que el globo ocular y la córnea en particular se protegen de forma natural durante la intervención, añadimos una lentilla de protección adicional. La incisión se realiza en el fondo del saco conjuntival utilizando puntas de electrocauterización precisas. Se identifican las bolsas grasas y se tratan de forma similar a la técnica subciliar. No nos gusta suturar la herida y la dejamos que cure por si misma. La conjuntiva tiene extraordinarias propiedades de cicatrización y la herida es prácticamente inapreciable a las 24 horas.

Como vemos, la forma de tratar las bolsas grasas es idéntica en ambos casos y lo único que las diferencia es el abordaje de las mismas. Uno de los objetivos que debe tener el cirujano en mente en todo momento al realizar una blefaroplastia inferior es evitar las malposiciones del borde del párpado. La más frecuente es la denominada “ojo redondo”, que consiste en una exposición excesiva de la esclera (blanco del ojo) en la porción lateral e inferior del mismo. Se produce fundamentalmente por los efectos de cicatrización, por resección excesiva, o por una excesiva laxitud del borde del párpado no detectada previa a la cirugía. Nosotros aplicamos el tratamiento preventivo:

  • identificamos los pacientes con laxitud excesiva del borde del párpado inferior
  • utilizamos la técnica transconjuntival de forma electiva si no existe un exceso de piel o músculo
  • evitamos la extirapación excesiva de piel cuando utilizamos la técnica subciliar
  • asociamos un procedimiento de retensado lateral como la cantopexia en la técnica subciliar

En definitiva, intentamos evitar la resección de piel y músculo del párpado inferior, utilizando la técnica transconjutival para evitar aparición de un «ojo redondo«. Cuando no es posible, asociamos un procedimiento de tensado (cantopexia) que evite la malposición.