¿Debe cobrarse la primera consulta?La idea del artículo surgió tras visitar un foro en el que se calificaba peyorativamente a los cirujanos que cobraban la primera consulta.

Hoy en día la información no tiene precio. La información debe fluir libremente y el acceso a ella debería ser universal. Este debería ser el cometido principal de internet.

La información nos acerca a lo que queremos y deseamos; el marketing o mercadotecnia hacia quien nos lo puede ofrecer. En ese camino nuestras expectativas hacia el producto que deseamos van creciendo y finalmente pueden quear o no satisfechas. Si no resultamos satisfechos y el producto es algo material, nuestra opción será aguantarnos o devolverlo. Pero… ¿qué ocurre con una cirugía?

En medicina en general y en cirugía estética en particular, el marketing es posible pero debe ser tratado cuidadosamente. El paciente acude a la consulta sabiendo, habitualmente, de manera muy clara lo que quiere y tan sólo necesita «un empujoncito» para decidirse. Un agente comercial, acostumbrado a pelear la venta de coches, pisos o seguros, tendría muy fácil abundar en las expectativas del cliente y conseguir «la venta».

Pero aquí se trata de otra cosa. En nuestra opinión, el médico ha de ser objetivo en la valoración del paciente tanto física como psíquicamente, aconsejarle, llevar sus expectativas al plano real, me atrevo a decir que incluso rebajarlas y NUNCA ensalzarlas. Y ello a pesar de que, a menudo, se pierda «la venta».

Para muchos profesionales de la cirugía estética no cobrar la primera visita es su única y verdader arma de marketing. Otros se sienten con tan pocas posibilidades que, no cobrando la primera consulta, piensan atraer pacientes. Y, por la misma razón, consideran seguro que más pacientes acudirán.

¿Cuáles son los argumentos para cobrar la primera visita?

¿Económicos?. No. Dudo mucho que constituya una fuente de ingresos para una consulta de Cirugía Estética.

El precio de una primera consulta supone la valoración objetiva y veraz de un especialista debidamente cualificado, más allá de una simple información, sin la pretensión de «vender algo» forzosamente.

En los últimos años, la cirugía estética ha pasado, en muchos casos, a ser una actividad empresarial regida por las reglas de la productivad empresarial y del marketing. Empresas que buscan atraer el mayor número de pacientes y a los que su personal, comercialmente entrenado, intentará vender el mayor número de productos posible. Un primer aliciente, piensan, es ofrecer consulta gratuita.

La decisión de someterse a una intervención debe ser meditada, nunca inducida. El consejo profesional va más allá de la simple información.

Y vosotros… ¿qué opináis?