Muchas personas, cuando pasan los años, hablan de ‘envejecer con dignidad’, es decir, de dejarse llevar por lo que el paso del tiempo dicta. Así, aceptan las arrugas o los cambios en la apariencia física. Sin embargo, en otras ocasiones, las personas no sienten que esta sea la manera de envejecer dignamente. Si se miran en el espejo y les disgusta lo que ven prefieren luchar contra ello, recurriendo a la cirugía estética si es necesario.

Conforme cumplimos años, se hacen más evidentes los cambios exteriores en el cuerpo: arrugas, ojeras y patas de gallo en el rostro, y mayor flaccidez en abdomen, piernas o brazos, por poner algunos ejemplos. Se hace más necesario adoptar hábitos de vida saludables, realizando ejercicio físico, cuidando la alimentación con el fin de mantener el cuerpo tonificado y no olvidarnos tampoco del cuidado específico de la piel.

Sin embargo, en ocasiones no es suficiente y la cirugía estética se nos presenta como una válida alternativa para corregir algunos de esos problemas y quizás ayudarnos a aumentar la propia confianza en uno mismo. Porque envejecer no tiene por qué ser un sinónimo de mostrar un aspecto desmejorado. De hecho, hay mucha gente que lo que quiere es no ya parecer más joven, sino tener un aspecto renovado y natural, acorde con su edad. En 2014, un estudio en el que participaron más de 2.800 mujeres y hombres de toda Europa, de entre 30 y 60 años, analizaba las preocupaciones ante el envejecimiento facial. Así, una de cada cinco mujeres buscaba tratamientos antienvejecimiento para tener un aspecto más renovado y aumentar su confianza y autoestima. De acuerdo a las conclusiones, la mirada era una de las zonas donde más se perdía esa confianza: ojeras, expresión, mirada cansada, patas de gallo…

No es para menos: con el paso del tiempo, la piel y los músculos pierden tersura y ofrecen un aspecto envejecido. Las arrugas, las líneas de expresión y las patas de gallo se suman a bolsas en los ojos o párpados caídos. Debido a estos cambios, cuando una persona se mira en el espejo puede sentirse a disgusto con su propia imagen.

Como decíamos, los párpados son una de las mayores preocupaciones: de acuerdo a la SECPRE, la blefaroplastia fue la tercera intervención estética más realizada por las españolas y la segunda por los españoles en 2014. Esta intervención consiste en eliminar piel, músculo y tejido sobrante mediante pequeñas incisiones en el pliegue de los párpados superiores. En los párpados inferiores la incisión se realiza por debajo de las pestañas o a través de la conjuntiva. Según palabras de la propia Dra. Olatz Alcelay, “la blefaroplastia es la intervención que más rejuvenece una cara con un mínimo coste de recuperación y más aún cuando se trata globalmente toda la región periocular“.

Pasar por la consulta de los expertos en cirugía plástica ayudará a resolver todas las dudas. Son muchos los procedimientos, tanto con cirugía como sin ella, que pueden ayudar a recuperar la confianza. Entre los no quirúrgicos, uno de los más extendidos es la toxina botulínica o bótox, que se aplica en el rostro mediante inyecciones. Gracias a él se atenúan arrugas alrededor de los ojos o líneas de expresión en las cejas y la frente. Eso sí, en la mayoría de pacientes el resultado dura alrededor de los cuatro meses, por lo que habría que retomar el tratamiento si se desea.

Otra de las intervenciones estrellas para recuperar la confianza es el ‘lifting’. El lifting tiene como objetivo corregir la flaccidez y descolgamiento facial, así como eliminar arrugas en la medida de lo posible. Es necesario tener en cuenta que, como recuerda la Sociedad Española de Cirugía Plástica Reparadora y Estética (SECPRE), un ‘lifting’ no detiene el proceso de envejecimiento, pero puede “parar el reloj”, como dicen ellos, mejorando los signos más visibles, tensando los músculos, eliminando el exceso de grasa y redistribuyendo la piel de la cara y el cuello. Por ello, hay que consultar con el equipo de cirujanos cuándo esta cirugía sea la indicada (la mayoría de los pacientes tienen entre 40 y 60 años, aunque a partir de los 70 también se puede realizar con éxito), informarse qué resultados se esperan y cuáles se pueden obtener.

Lo que no se ve también envejece

Y aunque el rostro sea la parte más visible, el resto del cuerpo también siente el paso del tiempo. Cuando la piel del abdomen o de las piernas pierde sus propiedades elásticas y se originan acúmulos de grasa puede ser apropiado recurrir a la cirugía estética en forma de una liposucción u otras intervenciones como la abdominoplastia o el lifting  de muslos. En el caso del pecho no es inhabitual realizar técnicas de reducción o de elevación (mastopexia).

En cualquier caso, lo importante es tener una mente abierta a los cambios y consciente a que el envejecimiento está allí. Con una buena actitud, ejercicio y una dieta equilibrada se pueden hacer muchas cosas. La cirugía, como ya se ha demostrado, también ayudará en este camino. Por ello, acude a IVANCE, en la Policlínica Guipuzkoa. Pide una consulta gratuita en el teléfono +34 943 297 588 o a través del formulario de la web. Nuestros doctores te darán los mejores consejos. Envejecer con la cabeza alta es posible.