Rinomodelación vs. RinoplastiaNo tanto…

Ultimamente recibimos consultas alrededor de la “rinomodelación” como si se tratase de un sustituto no quirúrgico a la rinoplastia clásica. Y es que así nos lo venden en muchas páginas web, pero nada más lejos de la realidad.

La rinomodelación consiste en la modificación de la forma de la nariz mediante técnicas de infiltración de sustancias biocompatibles. Vemos ya que por definición sólo sirve para “aumentar” pero no para “disminuir”.

El principal motivo de consulta por alteraciones estéticas de la nariz es la presencia de una giba o dorso nasal excesivamente prominente y en estos casos sólo la cirugía va a conseguir un resultado satisfactorio y estable a largo plazo. En algunos casos, el perfil ideal se consigue con un correcto equilibrio reduciendo determinadas zonas y aumentando otras. Quirúrgicamente nos servimos del propio material extraído del paciente, o lo obtenemos de su tabique nasal, oreja o, si es necesario, de una costilla u otra parte del organismo. Es raro que se utilice para estos menesteres materiales no autólogos (propios) ya que la experiencia ha demostrado malos resultados debido lo fina que es la piel del dorso nasal y no ofrecer una cobertura que proteja adecuadamente el implante.

Cuando la giba es de reducido tamaño y tras una evaluación correcta del perfil nasal, podría valorarse la posibilidad de corregir el perfil mediante la infiltración de las zonas deprimidas para conseguir un dorso más recto y uniforme. Nunca deberían utilizarse para estos fines grandes volúmenes de material, ya que aunque sea biocompatible, la presencia de un volumen importante puede dificultar la correcta asimilación por el organismo y generar rechazos o formaciones granulomatosas (quistes) de evolución incierta.

Cuando hablamos de la punta nasal nos encontramos con una situación similar. En una rinoplastia quirúrgica la modificación de la punta nasal se realiza de forma permanente, recortando y alterando los cartílagos que la forman, a veces aumentando con material autólogo previamente extraído y a menudo modificándolos con técnicas de sutura.

La rinomodelación consiste básicamente en la introducción de materiales biocompatibles en unos puntos determinados de la nariz, a fin de rellenar depresiones, disimular la giba, subir la punta caída o regularizar asimetrías. La técnica es sencilla y breve, se realiza con anestesia local y los resultados son prácticamente inmediatos. Actualmente disponemos de materiales (hidroxiapatita cálcica) que no tan sólo ofrecen un “relleno” si no que actúan a largo plazo estimulando la formación de colágeno.

En resumen:

La rinomodelación no puede utilizarse para cualquier modificación estética, ya que sólo sirve para modificar una nariz que necesita pequeñas alteraciones y siempre y cuando sean de aumento, nunca de reducción.

Se trata de una técnica útil para realizar pequeños y sutiles retoques de la nariz, lo suficientemente pequeños como para que no compense una rinoplastia quirúrgica o bien para pequeños defectos que puedan permanecer tras haber realizado esa corrección quirúrgica.

Se trata de un buen método complementario pero que en ningún caso sustituye a la rinoplastia quirúrgica.