cicatriz queloideCuando las alteraciones de la cicatrización causan complejos e inseguridades en el paciente, es importante tratarlas; disminuyendo su grosor y atenuando el color para poder disimularla. Una cicatriz nunca se va poder eliminar pero sí mejorar su aspecto y hacerla menos evidente.

En nuestra opinión el tratamiento ha de ser precoz sin esperar a que la cicatriz madure, y en ocasiones preventivo, ante una cicatriz relativamente reciente que comienza a aumentar su grosor, ponerse roja y picar aconsejamos tratamiento tópico preventivo con apositos de silicona adherentes o geles de silicona que proporcionan un ambiente húmedo que ayuda a aplanar la cicatriz, mejorando la textura y disimulando el color. La elección dependerá de la localización y de la extensión de la herida: el gel puede resultar más cómodo en áreas visibles y de mayor movilidad.

El tratamiento de las verdaderas alteraciones de la cicatrización como el queloide no siempre suele ser satisfactorio y es necesario tener unas expectativas realistas . No existe un tratamiento de elección, en la mayoría de los casos se combinan diversos métodos, dependiendo de diversos factores como la localización, el tiempo de evolución y la sintomatología.

  • Crioterapia: es un método de congelación del tejido para destruirlo, para ello se usa nitrógeno líquido aplicado con una sonda que se pone en contacto con la cicatriz. El tratamiento consiste en sesiones de 2 a 3 ciclos de congelación-descongelación, de duración entre 10 y 30 segundos cada ciclo. Generalmente se requieren de 2 a 10 sesiones, separadas por 20 a 30 días para lograr que la lesión se aplane. Se obtienen buenos resultados en queloides de poco tiempo de evolución y combinado con la inyección de corticoides.
  • Infiltraciones corticodes seriadas: consiste en la inyección intralesional de un corticoide con efecto depot (generalmente Triamcinolona) cada 2 a 4 semanas durante varios meses, con este tratamiento se consigue detener  el crecimiento del queloide y mejora su aspecto. Son frecuentes efectos secundarios como la  atrofia cutánea, hipopigmentación o la aparición de telangiectasias. Para muchos cirujanos es la primera opción terapéutica, bien solos o combinados.
  • Radioterapia: El tratamiento se inicia inmediatamente después de la cirugía, con varias sesiones administradas durante los días posteriores. La dosis total varía entre 1500 y 2000 Rad. El efecto secundario más frecuente es la hiperpigmentación. La radioterapia se ha usado sola o en combinación con otras técnicas. Por sí sola disminuye los síntomas locales, pero en combinación con la exéresis, controla el crecimiento del queloide.
  • Láser: Puede ser una alternativa a la cirugía convencional, son necesarias varias sesiones cada 4 a 6 semanas, la duración del tratamiento no está bien determinada. La mayor ventaja de la escisión con láser es que traumatiza menos los tejidos y disminuye así la reacción inflamatoria y la consecuente fibrosis. Actualmente muchos cirujanos utilizan la inyección intralesional de triamcinolona tras la resección con láser.
  • Cirugía: Consiste en la extirpación quirúrgica del queloide y sutura de la piel. La cirugía tiene una alta tasa de recidivas y por ello puede ser el tratamiento de segunda elección en queloides que no responden a otros tratamientos o como tratamiento complementario a la radioterapia o la infiltración de corticoides.
  • Braquiterapia con iridio intersticial. Se realiza la  resección quirúrgica del queloide, y al suturar se coloca el tubo guía, en donde durante el postoperatorio se inserta una aguja de Iridio, que se deja de 24 a 72 h para una dosis total de 20 Gy. Es efectiva sobre todo en cicatrices de gran compromiso estético y en las del lóbulo de la oreja.

Los queloides son cicatrices de difícil manejo y no existe un tratamiento electivo ni definitivo, por ello creemos que el tratamiento de un queloide depende de varios factores: la experiencia del cirujano, tamaño y localización de la lesión, sintomatología y la edad del paciente.

Está justificado el tratamiento de las cicatrices que comprometen la estética o funcionalidad  a pesar de los riesgos, aplicando siempre un criterio conservador dada la probabilidad de recidiva aún más extensa y usando técnicas combinadas y muchas veces simultáneas.