Hay un dicho que dice: “El paso de los años es inevitable, pero envejecer es opcional”. Con estas palabras comenzó una Aula de Salud que los doctores Olatz Alcelay y José Mª del Amo, de IVANCE, situado en la Policlínica de Gipuzkoa, impartieron el pasado mes de diciembre. Los doctores repasaron todas las intervenciones estéticas que se realizan en cada etapa de la vida y durante el paso de los años y contestaron a preguntas de asistentes.

Porque sí, cada edad tiene una operación y tratamiento idóneos. Aunque la mayoría de ellos tienen lugar durante la madurez, ya desde la pubertad o la adolescencia hay problemas físicos que pueden tener su solución en una intervención quirúrgica.

La cirugía entre adolescentes es muy rara, a no ser que haya que tratar defectos físicos con repercusión importante. Es desde los 19 hasta los 35 años cuando comienza a verse un porcentaje más significativo de interesados. Las clínicas comienzan a llenarse de adultos jóvenes que son conscientes de su cuerpo y lo comparan con el de otras personas. Así, las consultas más habituales tienen que ver con asimetrías o desproporciones, pero también triunfan el aumento de pecho y la rinoplastia entre las mujeres y la ginecomastia (reducción de las mamas) entre los hombres. A estas edades empiezan a considerarse también los primeros tratamiento estéticos no quirúrgicos como la depilación láser o las inyecciones de bótox.

Los doctores explicaron que el rango de edad que va de los 35 a los 50 años es el habitual en la consulta, porque suelen coincidir con la posmaternidad y con cambios en los cuerpos de mujeres que estas encuentran difíciles de aceptar: caída de pecho, flacidez en el abdomen… Si hablamos de los cambios experimentados tras el parto, la intervención estrella quedan englobados en lo que denominan Mommy Makeover, un conjunto de operaciones para recuperar la figura anterior al embarazo y que pueden incluir la corrección del abdomen, pecho o acúmulos de grasa, ya sea de forma aislada o combinada.

Estos son los años en los que se busca ocultar los primeros signos del envejecimiento. Los pacientes quieren informarse sobre el bótox o el ácido hialurónico, tratamientos estrella para estos casos y con los que se intenta burlar o por lo menos retrasar el paso del tiempo en arrugas de los labios, ojos o frente. Eso sí, durante la charla los doctores recomendaron hacerlo con mesura, con el fin de no perder la naturalidad de la imagen.

Otro periodo de edad muy interesante es la etapa que va de los 50 a los 60 años. Es una época en la que se ha alcanzado la estabilidad social y económica y hay, por tanto, tiempo para que la persona se mire en el espejo, se pregunte si le gusta lo que ve y decida si quiere someterse a una intervención. Así, es cuando muchos se fijan en su mirada y el contorno de los ojos: parece que están cansados, que han dormido mal… Por ello, deciden someterse a una blefaroplastia o cirugía de párpados, una intervención de rejuvenecimiento facial que consiste en corregir los párpados caídos o las bolsas de los ojos para dar a la persona un aspecto más joven y descansado.

Precisamente sobre la blefaroplastia hubo preguntas durante la conferencia. Una asistente quiso saber cuál es la mejor manera de intervenir. Los doctores advirtieron de que existe un pequeño riesgo de que se deforme el párpado inferior haciendo un corte debajo de la línea de las pestañas, por lo que siempre recomiendan hacerlo dentro de la conjuntiva, vertiendo el párpado. Por otra parte, alabaron la relación coste social o laboral-beneficio de la intervención: dura una hora y en una semana se está perfectamente para volver a trabajar siendo probablemente la intervención que mayor impacto tiene sobre el rejuvenecimiento de la cara.

Y sí, por encima de los 65 años también hay gente que se anima a pasar por el quirófano. Siempre y cuando el estado de salud sea bueno, muchos pacientes apuestan por correcciones de flacidez, a menudo en el cuello, o por retocar lo que se han operado antes, como las prótesis mamarias.

Los doctores recordaron que toda intervención quirúrgica tiene un pequeño riesgo, pero que si el estado de salud del o de la paciente es bueno, este es muy bajo. Para ello, la doctora Alcelay incidió en la necesidad de realizar las operaciones en una clínica acondicionada e informarse del doctor que va a realizar la intervención o la consulta, pidiendo su número de colegiado y comprobando si está debidamente acreditado para realizar intervenciones en el respectivo Colegio de Médicos.

Los niños: pacientes delicados

Aunque sea algo muy minoritario, en ocasiones los niños también piden o necesitan una intervención: orejas de soplillo, casos muy seleccionados de nariz grande…. Hay que esperar a que los más pequeños las pidan, ya que podrían no querer colaborar en el postoperatorio si son los padres los que les incitan a ir al quirófano. De este modo, los doctores recomiendan, por ejemplo, hacer una rinoplastia a partir de los 16 años (antes los huesos de la cara no están formados).

Por el contrario, si lo que queremos es quitar a los menores la idea de la operación, se les puede llevar al especialista para que este le haga ver que todavía no es la edad adecuada para operarse. Es lo que sucede con la ginecomastia puberal: si un niño está acomplejado por su tejido mamario a los 12 años, los doctores recomiendan esperar por lo menos un par de años, ya que este problema es muy frecuente y se suele autocorregir en ese periodo de tiempo.

Como vemos, cualquier edad tiene su intervención y su conveniencia o no para actuar. Ante las dudas, no hay nada como consultar al especialista para que nos aconseje. En IVANCE, estamos a tu disposición para solucionar todas tus preguntas y ofrecerte asesoramiento profesional, así que no dudes en ponerte en contacto con el equipo médico, liderado por la Dra. Olatz Alcelay y el Dr. José Mª del Amo. Te atenderán encantados ya solicites una consulta a través de la web o lo hagas mediante el teléfono +34 943 297 588. Haremos todo lo posible para ayudarte a recuperar el equilibrio en tu cuerpo y sentirte bien ante el espejo.