Sabemos que en un rostro joven la piel es tersa y fina y que sus contornos se encuentran muy definidos confiriendo a la cara forma de «V».

Lamentablemente ya desde los 25- 30 años la piel y las estructuras del rostro comienzan un inevitable, lento y progresivo cambio. Aparecen las primeras arrugas alrededor de  ojos y  boca que, con el paso del tiempo, se harán más profundas y se transformarán en surcos más visibles. Las proporciones cambian, los volúmenes van desapareciendo, la piel se hace más laxa, la tensión de los ligamentos de retención disminuye y los compartimentos de grasa se desplazan gradualmente.

También se producen cambios a nivel de la estructura ósea: los pómulos se van hundiendo, el mentón comienza a afilarse , en definitiva el óvalo facial se desdibuja y la cara se va haciendo más ancha en su zona inferior, invirtiéndose la forma de «V» que tenía cuando era joven.

Es muy frecuente que en esta etapa los pacientes acudan a consulta señalando unas arrugas, línea o pliegue que de pronto han descubierto, pero parece obvio que la cara necesita una acción más global sobre las estructuras que han ido cayendo y una restauración de los volúmenes que se han perdido.

El lifting es la intervención que nos permite reposicionar estructuras y volúmenes al punto de donde nunca debieron moverse. Los injertos de grasa nos permiten reponer el volumen perdido.

¿Pero qué ocurre cuando no disponemos del tiempo suficiente para someternos a una intervención quirúrgica?

Para ello existen los productos de relleno inyectables o infiltraciones, que nos permiten obtener en unas horas un rejuvenecimiento facial completo, eliminando arrugas y flacidez con un resultado natural y una duración de alrededor de un año.

El concepto alrededor de las infiltraciones ha cambiado mucho en los últimos años. Hemos dejado de pensar en ello como un simple producto de relleno de arrugas a utilizarlo para obtener volumen, sustento y tracción en las áreas que lo precisan, obteniendo un resultado de rejuvenecimiento más global.

Dos son las características físicas que hacen que un producto de relleno tenga capacidad para dar volumen y elevar los tejidos : la viscosidad y la elasticidad.

  • Una mayor viscosidad del producto  hace que el material inyectado permanezca en la zona dónde ha sido introducido, en lugar de esparcirse lo que permite un remodelado preciso y una corrección eficaz de la pérdida de volumen  de manera inmediata.
  • Una mayor elasticidad proporciona más resistencia a la fuerza de la gravedad proporcionando un levantamiento facial eficaz .

Su duración es otro de los puntos que preocupa tanto a pacientes como a médicos. Las infiltraciones actuales (ácido hialurónico, hidroxiapatita cálcicaRadiesse®) presentan propiedades que estimulan la producción de colágeno fortaleciendo la dermis y generando un efecto estructural que permite que los resultados se mantengan con el tiempo.

Esta manera de entender y tratar las arrugas permite ofrecer la clase de resultados sutiles y naturales que demandan nuestros pacientes.

Podemos concluir que tenemos a nuestro alcance, de manera sencilla y sobre todo segura, ralentizar el paso del tiempo en nuestro rostro.

¿Y tú de cuánto tiempo dispones?