Quien piense que la preocupación por el aspecto físico y la salud es solo cosa de las mujeres comete un grave error. Desde que el concepto de metrosexualidad arrasó en las conversaciones y mentalidad de muchos hombres, allá por los primeros años 2000, ha quedado patente que el hombre se preocupa más por el cuidado de su cuerpo y su apariencia física.

Y últimamente, la metrosexualidad ha dado paso a la lumbersexualidad, una estética ‘de leñador’, en la que los hombres optan por barbas, más o menos pobladas, pero bien cuidadas, hidratadas y recortadas, al igual que el cabello o la piel facial. Por si esto fuera poco, cada vez son más los que acuden al gimnasio, salen a correr por el campo y caminos o practican deportes de equipo: con ello encuentran el bienestar físico y mental al tiempo que consiguen una mejor apariencia.

Porque sí, los hombres también se miran al espejo, y algunos deciden acudir a los expertos en cirugía estética para mejorar la imagen que ven y que quizá no les satisface del todo. Lo demuestran numerosos estudios. Por ejemplo, según la Sociedad Estadounidense de Cirujanos Plásticos, los procedimientos cosméticos masculinos crecieron en su país durante 2015 hasta situarse en los 15,9 millones, un 2% más que en 2014.

Asimismo, ha cambiado el tipo de procedimientos que los pacientes han elegido desde comienzos de siglo: los clásicos retoques faciales ahora comparten más espacio con el tratamiento del pecho excesivo (ginecomastia). De hecho, el tratamiento de la ginecomastia fue el procedimiento quirúrgico más usual: 279.143 intervenciones, un 31 % más que en 2000. Entre aquellos que no contemplaban la cirugía triunfó el bótox: 6,7 millones de intervenciones, un 759 % más que en 2000.

Medios de comunicación y empresas son conscientes de los cambios en la mentalidad masculina y han apostado por llegar a ese nuevo público que se ha formado a lo largo de más de una década. Poco a poco está desapareciendo la idea del macho que solo se dedica a trabajar y a estar con sus amigos, al que no le importa la ropa que lleva o esos kilos de más: dejen paso al hombre preocupado por su cuerpo.

Conscientes de que el tiempo no pasa en balde, los hombres usan cualquier cosmético a su alcance para mostrar una piel fresca, brillante y juvenil. Ya hay toda una línea de productos dedicados a ellos: hidratantes, antiarrugas, reafirmantes… El objetivo es cuidar la piel por fuera pero también por dentro. Todo ello es una muestra de que los hombres también están preocupados por el paso de la edad y de la aparición de arrugas.

Esa es otra de las razones por las que deciden hacer deporte. Los médicos recomiendan realizar ejercicio físico diario para evitar problemas de salud, desde el sobrepeso hasta enfermedades cardíacas. Hay quien opta por correr, una actividad barata para la que solo se necesitan unas buenas zapatillas y ropa adecuada; otros prefieren relajarse y ejercitar todo el cuerpo con la natación, considerado como uno de los deportes más completos que existen; otros, en cambio, prefieren unirse con unos amigos para organizar sus propios partidos de fútbol, rugby, baloncesto… Equipos hay muchos y opciones, tanto en solitario como en grupo, aún más. El bienestar físico y mental tras terminar merecen la pena.

Para hacernos una idea de los cambios físicos que experimenta el cuerpo a lo largo de los años, escojamos una década crucial en muchos aspectos: la que va de los 20 a los 30 años. A partir de los veintitantos, el metabolismo se ralentiza, por lo que el hombre consume menos calorías en reposo y el ejercicio se hace más necesario para no engordar. Por otra parte, los acúmulos de grasa se hacen más frecuentes o más profundos. Además, las arrugas comienzan a aparecer con frecuencia o de forma profunda.

Otra de las cosas que más preocupan es la calvicie, sobre todo si se tiene menos de 40 o 50 años. La alopecia afecta a la autoestima si se es demasiado joven, pues es poco común perder pelo en la veintena o la treintena. Ante ello, con el objetivo de disimular o retardar lo que muchas veces es inevitable, se prueban champús, lociones… o se le pide al peluquero que no corte demasiado cabello.

Y si van al peluquero o al barbero, también pueden ir al centro de belleza en búsqueda de un tratamiento que los haga felices. Acuden a realizar una hidratación facial o a revitalizar la piel. Incluso, a hacerse la manicura o la pedicura. Una búsqueda sencilla por internet permitirá encontrar salones de estética en cualquier ciudad de tamaño medio. Solo habría que comparar los precios y los servicios y optar por el que mejor se adapte a las necesidades de cada uno.

Cualquiera de estas opciones se hace necesaria si no queremos mostrar un rostro o un cuerpo envejecidos o con signos de fatiga. Pero para los que esto no es suficiente y quieren una ayuda extra que no les proporcionará el ejercicio o los cosméticos, pueden consultar las ventajas que ofrecen sencillos tratamientos o intervenciones de cirugía estética.

En IVANCE podemos asesorarte para que encuentres la opción que más te conviene: levantar los pechos, una liposucción o un ‘lifting’ de brazos son solo algunos de los ejemplos. Pide una consulta en el teléfono +34 943 297 588 o mediante el formulario de la web. Obtén del espejo una imagen más satisfactoria.