La distribución corporal de la grasa, especialmente en las piernas, viene determinada genéticamente y por lo tanto acostumbramos a tener la misma “forma” que nuestros parientes más cercanos.
Esta distribución tiene una gran dependencia hormonal y no se manifiesta hasta la pubertad (ninguna niña antes de la pubertad presenta “cartucheras”), modificándose y acentuándose con los cambios hormonales (menstruación, embarazo, menopausia).
Cuando se altera quirúrgicamente (liposucción o lipoescultura) esta distribución, los resultados obtenidos se mantendrán independientemente de que aumentemos de peso o adelgacemos. Es el caso de las «cartucheras«, zona lumbar, cuello…
Otras zonas del cuerpo, como el abdomen, además de la influencia genética y hormonal, tienen también una importante dependencia de la alimentación.
Cuando sometamos a tratamiento estas zonas, deberemos adquirir el compromiso de mantener una dieta equilibrada.
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