La principal función mamaria es la lactancia, es decir, la capacidad para producir y secretar leche durante el periodo que sigue al parto; además de su función en la vertiente reproductora, la mama posee importancia estética, siendo uno de los elementos característicos y fundamentales en la silueta de la mujer.
Los objetivos de una mamoplastia de reducción son: la estética de la mama, con una forma, volumen y altura de la areola adecuada, la sensibilidad y la posibilidad de lactación.
Las mujeres jóvenes presentan mamas más firmes debido a la presencia de tejido glandular que es capaz de producir leche. Con la edad este tejido va siendo sustituido por grasa. Cuando realizamos una reducción de pechos retiramos tejido glandular en personas jóvenes y puede verse afectada la capacidad de lactación de forma proporcional.
Pueden ocurrir pérdidas de sensibilidad tras reducción de mamas, pero en la mayoría de las ocasiones es temporal, conforme vaya transcurriendo el periodo de recuperación, las uniones nerviosas de la región operada se restauran y la paciente vuelve a tener sensibilidad; hay casos en los cuales, debido a la retirada de grandes volúmenes, puede existir una pérdida permanente en determinadas áreas de la glándula mamaria.
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