Dicen que la cara es el espejo del alma, y los ojos son los que más destacan. Muchos dicen que es en ellos en lo primero que se fijan cuando conocen a una persona. Los hay de muchos colores, y hay quien incluso afirma que Elizabeth Taylor los tenía violetas, aunque esto no era así. También, alrededor de los ojos, especialmente en los párpados, se reflejan muchos signos del envejecimiento y el cansancio. Por esta razón, es muy importante fijarse en ellos para mostrar un rostro resplandeciente, fresco y juvenil.

Bolsas, ojeras, arrugas, patas de gallo… En el contorno de los ojos se pueden ver el paso de los años y signos de cansancio, agobio o estrés. Un reflejo oscuro denota pocas horas de sueño. Una especie de estrías que se unen en el pico del ojo, los inevitables signos del paso del tiempo. Todo esto desagrada a muchas personas, por razones estéticas o porque creen que les puede afectar en su vida social (aspecto físico en una entrevista de trabajo, en una cita amorosa…).

De hecho, según un estudio realizado por la farmacéutica Allergan en 2014 con mujeres de toda Europa, las españolas están muy preocupadas por el aspecto que las ojeras causan en su expresión: un 49 % de ellas creen que afecta a la expresión de su mirada, mientras que un 37 % ‘culpan’ a la mirada cansada y un 28 % a las patas de gallo. Además, un 25 % de las encuestadas se someterían a tratamientos para corregir los efectos del cansancio y la edad y conseguir una mirada más fresca. De hecho, una de cada cinco mujeres que ya los buscan y lo hacen para tener un aspecto más “renovado” y “aumentar su confianza y autoestima”, de acuerdo a las conclusiones.

Para conseguir rejuvenecer la mirada, nada como hacerse una blefaroplastia, que es como se conoce a la cirugía de los párpados. Posiblemente la intervención que genera más satisfacción al paciente y al cirujano. El objetivo es eliminar el exceso de piel y músculo y las bolsas de grasa. En los párpados inferiores, si solo se tiene bolsas de grasa, puede realizarse una blefaroplastia transconjuntival mediante una incisión por dentro del párpado y sin dejar cicatriz externa.

Según un estudio de la Sociedad Española de Cirugía Plástica Reparadora y Estética (SECPRE), la blefaroplastia fue la tercera intervención estética más realizada por las españolas en 2014. En primer lugar se encontraba el aumento de mamas y en segundo la liposucción. En cambio, la blefaroplastia era la segunda opción para los hombres, solo superada por la liposucción. Si nos atenemos a las edades, a partir de los 45 años es cuando la atención al contorno de los ojos lidera las intervenciones. No debe resultar extraño: a esa edad se notan más en el rostro los signos del envejecimiento y el cansancio.

La SECPRE da unas recomendaciones para realizarse esta intervención. Si el estado de salud del o de la paciente es bueno, tiene estabilidad psicológica y es realista con las expectativas, no habría problemas en intervenir. Por ello, es importante conversar con el equipo médico sobre las esperanzas que se tienen puestas en la operación.

Además, la Sociedad recuerda que problemas de tiroides, presión arterial alta o falta de lágrimas podrían dificultar la operación. También, el glaucoma o el desprendimiento de retina. Así, a veces se aconsejará realizar una visita al oftalmólogo para descartar futuros inconvenientes. El cirujano plástico, por su parte, ha de estudiar el área de la piel de los párpados o su hidratación para minimizar los inconvenientes tras la intervención.

La blefaroplastia se puede realizar de formar aislada o, aprovechando que se está en el quirófano, conjunta con otras operaciones quirúrgicas de rejuvenecimiento, como el ‘lifting’. La intervención, que realiza nuestro equipo de IVANCE en la Policlínica Gipuzkoa de San Sebastián, dura de una a dos horas, dependiendo de la extensión. Se hace con anestesia local, acompañada de sedantes: el paciente estará despierto pero no sentirá dolor. Además, apenas requiere hospitalización: se hace a primera hora de la mañana y en unas horas el o la paciente se marcha a casa. De este modo, si no surgen complicaciones como inflamación o moratones, la persona puede volver a trabajar en siete o diez días, ya sin bolsas o con los párpados realzados.

El botox, un aliado contra las patas de gallo

Otra opción, que no requiere paso por el quirófano, es inyectarse toxina botulínica o botox. Las neurotoxinas relajan los músculos faciales en el entrecejo, la frente o alrededor de los ojos, que es lo que nos interesa ahora mismo. Servirá para eliminar esos antiestéticos surcos manteniendo la misma expresividad de siempre.

Las inyecciones se realizan en la consulta, en apenas diez minutos y sobre lugares estratégicos. Cuando pasen apenas 48 horas los pacientes notarán que las arrugas van desapareciendo. El resultado dura alrededor de los cuatro meses, dependiendo del rostro de la persona.

Adiós a las ojeras oscuras

También hay técnicas específicas para eliminar las ojeras oscuras. Hablamos de Nanofat, una técnica de ‘lipofilling’ (infiltración de grasa) en la que solo se usan las células madre de la grasa, que son las encargadas de regenerar. Para ello se extrae un poco de grasa mediante liposucción de otra área. A esta se le extraen los adipocitos (las células grasas, que no aportan nada) y se utilizan las células madre. Es un proceso rápido (no más de una hora) y los resultados tardan en verse unas semanas.

Hoy en día es habitual que en una blefaroplastia se combinen técnicas de relleno de grasa mediante lipofilling alrededor de la órbita intentando crear el «marco perfecto» a la mirada.

Sea por patas de gallo, ojeras o mirada cansada, lo mejor es que acudas a nuestros expertos, comandados por la doctora Olatz Alcelay y el doctor José María del Amo. En IVANCE te asesorarán y despejarán todas tus dudas. El objetivo es que tu mirada brille y resplandezca. Tu autoestima lo agradecerá.